jueves, 7 de octubre de 2010

Un día...

Un día mientras soñaba con cuentos de hadas, imaginaba a mi hombre perfecto, de tantas personas
que hay en el mundo, quién sería tan especial como para compartir su vida a mi lado.

Un hechizo mágico y una lista interminable de cualidades y defectos se presentaron frente a mí,
prometiendo no olvidar jamás esta lista continúe la vida.

Pero un buen día ese hombre especial apareció, me miró fijamente a los ojos y sin decir una
palabra acarició sus labios con los míos. El mejor beso que he recibido, el más dulce, el más
amoroso...

Paso el tiempo... el amor creció cada día más, la admiración que nos teníamos ayudó en gran
parte a el cariño.

Él era mi complemento y yo el suyo, formabamos un balance único y en pocas pero hermosas ocaciones
éramos uno solo, es decir, nuestros gustos y palabras se unían a la vez.

Todo esto estuvo acompañado de cenas, salidad a ningún lugar e hilvanos sobre el futuro.

Te AmO

Pero... nada es por siempre, nada es eterno...

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